Ya nada será igual…

Nuestros padres nos lo contaron, su temor nos lo susurraba, sus miradas y reacción ante los temblores nos lo anunciaban…

Nada es igual después de un terremoto…

Ellos nos enseñaron bien lo que hay que hacer al sentir el movimiento…

No correr, no empujar y no gritar…

Ya sabíamos que era cosa seria…

Y bien lo aprendimos…. y gracias a lo que nos enseñaron con el ejemplo hoy sabemos que nada volverá a ser igual…

Hoy vimos a esos que dan lo que tienen y lo que son para salvarnos…

Hoy encontramos en las calles brazos y corazones dispuestos a brindarse a si mismos…

Hoy sabemos que pertenecemos a una raza que da de más…

Hoy comprobamos que cantando se alegran los corazones…

Hoy nuestro hombro es más fuerte, nuestros brazos más largos y nuestra empatía más real…

No, nada es igual… y qué bueno…

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